noviembre 08, 2011

Un epitafio para Márquez.

Estimado señor Márquez. Le escribo pensando en sus muchos libros, y en lo mucho que se le aprecia. Escribo este epitafio no con la tristeza de que se ha ido, sino con la misma alegría, que me contagiaron sus relatos.
Le escribo como un ferviente admirador suyo, un lector que, aunque aun un neófito en la Gabomarquetura, tiene afortunadamente y por gracia –o desgracia – divina, la sensibilidad suficiente para admirar la forma que escribe.

Debo confesar que muchos de sus libros son los que me han inspirado en muchos aspectos de mi vida. Le confieso que se me quito lo amargo, gracias a la ingenuidad de don Aureliano. También le confieso que aprendí a expresar la frustración y la tristeza empleando la sutileza de la palabra Mierda. Aprendí que la pasión se duerme, pero se muere solamente, una vez uno ha muerto. Y aprendí a apreciar la paciencia, incluso, si se viaja en un vapor.

En fin, Don Gabo. Le agradezco TODO cuanto me ha enseñado. No le escribo este epitafio para que le sirva una vez muerto, sino todo lo contrario, para decirle en su cara, que le admiro, y que si es un epitafio, es nada mas por que la muerte nos es a todos, -de momento –inevitable. Gracias, señor Márquez. Espero, que antes de la hora inevitable, lo lea, con todo mi aprecio, y mi respeto para usted...

octubre 29, 2011

Abismo

Estoy sentado, a orillas de ese abismo.
Desde el medio día, el sol horadaba mi piel.
El sol, desprovisto de criterio, se esconde tras la montaña.
¿A dónde se ha ido la luz cegadora?

La tarde poco a poco va cayendo.
El celeste se tiñe lentamente de un añil oscuro.
Las voces de los animales empiezan a escucharse.
¿Me asusta o me deleita oirlas?

El ultimo suspiro del astro solar se evapora lentamente.
Como una vela que se extingue a si misma.
El abismo a mi costado reverbera de actividad.
Doy un grito, esperando un eco.

Pero mi voz se confunde con lo oscuro que alli llace.

Llevo no se cuantas horas, aquí a la par del abismo.
El ruido se ha vuelto insoportable.
Es como si algo buscase salir… algo buscase liberarse.
Una prision profunda para una bestia malevola.

De pronto la curiosidad me gana.
Lentamente asomo el rostro.
Veo un par de ojos, penetrantes e inquisitivos.
Incitantes, oscuros. Inmoviles, crueles e impasivos.

Y no me asustaria tanto…
… si no viera que únicamente, es el reflejo de mis ojos.

octubre 26, 2011

Neural Connect, a new service from...

Brain to Brain Chat.
Habían llegado trastumbándose a la cabaña. Entre besos y abrazos, ambos habían finalmente llegado a la puerta.
-Cerrado. Dijo ella, mientras movía el pestillo. –el sol, mientras era devorado por la montaña de atrás, humedecido por el lago, le infundía un otoñal tinte rojizo a la vieja pared de la cabaña.
-Déjame probar –dijo el, haciendo un movimiento con los hombros, echando el peso a la puerta mientras con una mano la giraba. La puerta cedió ante su peso, como si quisiera ser cómplice. Después de abrir la puerta, el reviso el cerrojo. Estaba intacto. -¿a que esperas? –dijo súbitamente mientras la veía entrar en aquel sitio. El aroma del interior era difícil de discernir. No era rancio, no era maloliente, pero olía a abandono. A maderas viejas. El interior, completamente abandonado. Mientras ella pasaba, el sol y la pañoleta que cargaba en su cintura, jugaron en su contra. La luz jugaba con su figura, acentuando sus caderas, su cintura. Haciéndola una silueta. Pero su sonrisa era grande, y se podía notar, incluso a contraluz.
De pronto ella se lanzo a el. Sus ojos eran una invitación silenciosa. Ella quería sus labios. Sus brazos le abrazaron el cuello, mientras apenas les alcanzo a cerrar la puerta de aquel sitio.
-Esto es ilegal… sabes –dijo el, al tiempo que la abrazaba por la cintura.
-Mucho mejor… me parece –respondió ella, con la boca entrecerrada, mordiéndole el labio. Casi se le cae la maleta que cargaba en la mano. Ya habían visto esa cabañita abandonada a orillas del lago. La vieron desde la primera vez que salieron a caminar y siempre les había atraído hacer el amor en ella. Se había quedado como un deseo frustrado, y aunque esa tarde, el llevaba las herramientas necesarias para violentar el cerrojo, no se había hecho necesario. También llevaban una manta, unas velas, y una buena botella de Chianti, envuelto en una manta para que se mantuviera frió. Ella, odiaba el vino tibio.
Mientras su mano recorría su espalda, en toda su extensión, e incluso en sitios en donde la espalda se volvía nuca, y también se volvía otra cosa, su otra mano le traiciono. Dejo caer la maleta con cierto descuido. Ella, lo empujo a una pared. El sol se colaba por entre los pedazos rotos de un periódico pegado en una ventana, para protegerla, haciendo que la luz se difuminara en todos lados, pero apenas.
Ella le subió los brazos mientras que con sus uñas, arañaba su cuerpo, en una deliciosa y sutil afrenta. El decidió no quedarse inmóvil, desde luego. Abrazándola con fuerza, desde la pared en donde estaba, la llevo a la esquina de ese cuarto desprovisto de muebles, teniendo cuidado, claro, de no toparse con la inquilina de una telaraña. Después de ver esto, la llevo a la esquina con firmeza, y con cuidado. Sus ojos, siempre fijos en los de ella. Se acerco a su boca, pero no la beso. Sus labios apenas se rozaron. Le gruño, lleno de deseo, lleno de la angustia por poseerla. Se poso en su cuello, mientras sus manos la atraían, por la cintura hacia el, y su boca, derivaba por su cuello, por sus hombros. Sin que ella se percatase, o quizás, ella ignorándolo a propósito, el logro destrabar la parte superior de su traje de baño. Sus manos derivaban cuidadosas, leves, como si sus dedos de pronto fuesen plumas acariciando su piel recién expuesta.
Adrift and at peace, sonaba en la cabeza de ambos. Ella, acariciaba su nuca, la parte de atrás de su cabeza, al tiempo que sus dientes y su lengua sentían la sal de su piel. La aorta brincaba rápidamente. Un suspiro indeterminable fue proferido por ambos. De pronto la habitación se torno mas oscura, así que el en un rápido movimiento casi de prestidigitación, encendió las velas, y puso la manta en el suelo. La botella les esperaba para después. Ella lo acerco a sus labios… necesitaba un beso. Pero no pudo dárselo. Tan pronto como sus ojos expectantes se hicieron en los de el, ella se quedo en silencio, y desapareció. El se quedo absolutamente solo en aquel sitio, de pronto, como si ella se hubiese evaporado. De cierta forma así había sido. En sus ojos, las letras blancas aparecieron de pronto.

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-Mierda… dijo.

octubre 24, 2011

Duda personal que no sin hilaridad plantea la eterna dicotomía artística entre contenido y forma.

“¿A donde se va todo lo que tengo que decir justo cuando me da por ponerme a jugar con las palabras”

-Julio Calvo Drago.

El retorno del cangrejo parte 4
(donde estan las otras tres, me pregunto yo)

octubre 23, 2011

Atraco

Allí estabas tú. Blanca. Pura. Perfecta. Inmóvil. Esperando que yo hiciera el primer movimiento. Tenías miedo. Tenías precaución. Temías que fuera a ser violento. Me acerque poco a poco, midiendo tu afán por tu sonido. Te ibas a entregar, si, pero no lo harías tan fácilmente. Estabas cerrada. No decías nada. Pero tu sonido, como si 220VAC pasaran por ti. El frió de tus entrañas contrastadas con el calor de tu exterior. De tu piel, lechosa, casi mortuoria. El paso de los años te habían hecho precavida. Cautelosa. Aunque también el paso de los años te hacían delatar las delicias que se escondían en tu interior.
Me acerque a ti, sutil. Suave. Delicado. Estabas inmóvil, pero no me oponías resistencia. Con unos dedos hábiles, y delicados, acaricie tu superficie. Sentí la rugosidad y al mismo tiempo la delicadeza de tu cuerpo. Encontré una comisura perfecta. Mis dedos se hundieron delicadamente en ella. Gire con la mano, y te abriste ante mi, mostrando tu esplendor, tu luz interna, tus delicias. Tus manjares secretos, guardados en tu interior. Te penetre, y con una mano, hábilmente manipule en tu interior. Pero ya yo estaba servido. Ya no quería más de ti. Te cerré, y te quedaste allí. Blanca, Pura, Perfecta. Inmóvil. Ya yo tenía lo que había buscado de ti. Una merienda de media noche. Gracias, por estar para mi siempre tan fría. Por conservar tus manjares siempre tan frescos. Gracias, refri.

Gracias, por siempre brindarme el atraco de media noche.


Salut!

octubre 11, 2011

Ayer.

Ayer... Te encontre vagando por las avenidas de tu mente, resguardada de todo aquello que violenta tu paz. Te segui. ¿O eras tu quien me seguia? ¿Importa acaso? Ayer, para no decir, que o me acerque, o te acercaste, me limitare a decir, nos acercamos. Nos reconocimos. Nos vimos los ojos, como tantas veces, pero en cuerpos nuevos, con problemas nuevos, con lios nuevos. Ayer, nos fuimos tan tranquilos, platicando por las calles abandonadas de una ciudad perdida, aun puedo casi sentir, la frialdad de los arboles enclavados en las aceras, avergonzados de no poder vivir en libertad, e impotentes de marcharse. Frios, esteriles.
Ayer, nos acercamos a un cafetin, un sitio olvidado, en una ciudad perdida. Nos platicamos y nos contamos "Que hay de nuevo"

Ayer, te tome de las manos, te dije que me alegraba de haberte encontrado. Tus ojos me lo dijeron todo. Pero cuando te tome de las manos, aunque no me lo dijeras, tambien, como ayer, note que te marcharias. Otra vez, como ayer.
Te quise poner una huella, una marca. Un beso aunque fuera, en tu frente, para que supieras como regresar a donde el destino te trajo y ahora te aleja. Como ayer, pero ayer, tampoco se pudo. Te pedi que al menos, si te ibas, que no te fueras infuriada, esto no es MI culpa. Pero tambien, como ayer, no me escuchaste. Quisiste oir lo que no tenias que oir, sino lo que querias oir. Calmar tu sed de impotencia. Como ayer.

Y nuevamente vago solo por las calles, hoy, buscandote, a ver si te encuentro. Y como ayer, mañana sera. Solo cruzo los dedos de poder encontrarte.

Como ayer.

octubre 04, 2011

Me da miedo.

Me da miedo hacerme viejo y verme al espejo, sabiendo que de la felicidad, breves y efimeros fragmentos he alcanzado. Me da miedo procrastinar hasta mi muerte, sabiendo que muero sin un nombre, sin un por que, y sin un motivo. No permitire que el tiempo me siga royendo con sus años de rata, tomare el timon de mi barcaza y navegare hacia alguna isla remota, una isla que pueda bautizar con mi bandera, en vez de permanecer en altamar y lamentarme de los vientos errantes. No me olvido de aquellos que se quedan en el puerto, en cuanto encuentre mi isla, trazare un rumbo, una ruta, un mapa. Pero primero debo hallar mi isla.



Gracias Fernando por la inspiracion.

septiembre 10, 2011

Como me arde!

Como me arde, saber que aunque te adoro,
Como me arde, saber que aunque te deseo,
Como me arde, saber que aunque te quiero,

Y todos esos sentimientos nobles que los hipocritas enzalsan como propios y los honestos recatan su uso, todo aquello que puede facilmente confundirse como amor, o quizas los confundidos, somos nosotros, puesto que no lo vemos aca, cuando lo tenemos.
Pues como me arde que no puedo, Tomarte y hacerte MIA tan profundo de esa alma que niego no tengo, pero desde que te conozco, siento que poseo. Bah. Son falsos juicios, lo que quiero es simplemente hacer algo contigo, dice mi mente. Solo es llano, y simple deseo. Lujuria.
Pero por que no me puedo aguantar a sentir limitadamente lo mismo por la vecina? Acaso no es igual, con la ventaja de estar cerca?
Ah... que desdichado soy desde que soy tan dichoso.
Pero hoy, te fuiste, Hoy te evaporaste. Me dejaste en el aire. Me dejaste entumecido.
Al menos dejame saber, si estas bien, no para seguir fantaseando contigo... sino al menos, para saber que estas bien.
Quizas me gano el principe del cuento. Quizas ya estas en un nuevo castillo. Pero al menos dejame saber que estas.

Estas o no estas?

Salut!

agosto 31, 2011

No se que hacer.

Me encantaria pensar que aunque te escondes tras de una falacia, que aunque malabareas tu vida detras de un cuento de "hadas" de empleada prolija y organizada, que manejas tus cuentas con la fria seriedad de un contable profesional y tu vida social es cuando menos, envidiable, existe un racimo de sinsentido en ti. O quizas es todo lo que hay, todo lo que vez, todo lo que existe, escondido tras esa fachada de muralla china, protegiendo lo unico que vale la pena. Esa persona tan libre, tan humana, tan apasionada pero al mismo tiempo tan fragil que el mas leve razguño le sienta como herida de muerte. Quizas por eso mismo quiero conocerte. Por que eres lo que yo siento de mi. Pero quizas por eso mismo deba evitar conocerte. Mis cicatrices son antiguas y seguramente tienes las tuyas. Tengo miedo de salir lastimado, pero mas miedo tengo de lastimarte. Me aterra la idea de endurecer mas aun la coraza con la que proteges tu escencia, si me das la confianza de entrar por la puerta grande, en vez de protegerte de mi como yo deberia de ti.

Nos odiemos o nos querramos, lo que no quiero, es que nos hagamos daño.
No se si exista alguien a quien pueda dejar en mi santuario sabiendo que no va a ser como el toro en la tienda de china, y estoy seguro que dudas de lo mismo. Pero al mismo tiempo, tampoco se si debamos ser tan protectivos, puesto que la soledad tambien mata.

Malditas interrogantes. Interrogantes cuyos ojos sumisos estan llenos del desprecio por la duda...
Son como los niños miserables de la calle. Sabes que quisieras alimentarlos a todos, pero te tocas los bolsillos y a la vez recuerdas que tu tambien tienes hambre.

En fin... la vida sigue. Sigues leyendo todavia?

agosto 11, 2011

Soy humano acaso.

Escondido detrás de las ventanas, veo, como se descorre el día. Un viejo LP de Portishead, suena. Roads. Maldita sea. No se si es el Soundrack perfecto para un suicidio. Pero no tengo deseos suicidas. No se si sea afortunado o desafortunado, pero no los tengo.
En el exterior veo a la gente verse las caras, tener un mínimo contacto visual y seguir tan iguales como si no hubiese pasado nada. Y me parece tan gracioso… son tan… no se… superficiales. Tan simplones. Tan… humanos. ¿Lo que me dispara la pregunta… soy humano? Quizás. Aun no se. Se que poseo humanidad, pero aun no estoy seguro si ser humano involucra ser insensible a las tragedias en donde sucedan, sea la vuelta de de la esquina o al otro lado del mundo. Tampoco se si ser humano signifique alegrarse de la alegría ajena, sonreírle al vecino con sonrisa genuina, sentir que una caricia en la cabeza te acaricia el alma y demás cosas. Es curioso, por que veo como los humanos nunca se detienen a sentir esas cosas. Esperan de ellos que sea un dios quien les brinde ese tipo de emociones, y si, muchos se emocionan.
Pero aquí esta mi problema. Ansió esas mismas emociones y he tratado de generarlas en aquellos que me han permitido violar su espacio personal en busca de un toque, una caricia… una sonrisa. Y nada.
Sus rostros, su piel, su esencia permanece inamovible, absoluta. Austera.
No se si son capaces de sentir… Si de odiar, o amar. Si de temer o tener coraje. Una mirada no los conmueve. Una mirada la esquivan. Si sienten hacen un increíblemente buen trabajo de ocultarlo. (Y una semilla de envidia crece en mi mente)
Desgraciadamente no se si sea yo humano, si es que estas cualidades tan confusas, tan esquivas… tan celosamente guardadas forman parte de la naturaleza humana en general, o solo pertenecen al poeta, al músico, al pintor o a la musa.
La nostalgia por un tiempo futuro en donde no tengamos mas que salir al sol y mostrarnos por quienes somos, se forma en mi mente como una película en blanco y negro. Algo filmado por Ingmar Bergman, pero en vez de deprimente… soleado. Un film noir filmado de día, cuando el sol evapora el agua de las calles, y las calles tienen ese hermoso aroma a tierra mojada como un reemplazo al almizcle nauseabundo de la orina.

No tiene que ser hermoso, no tiene que ser perfecto. Pero Mierda… como quisiera que existiera.

Soy acaso la sombra del humano que quisiera ser. ¿Soy humano acaso? ¿Si soy humano, entonces, los otros no lo son? O será que son más listos que yo en eso que han aprendido a hacer de ocultarse tras un trabajo exitoso, una buena casa, una familia perfecta como la de Alf, una economía estable y eso. Incluso los abyectos tienen sus secretos. Se ocultan tras ese malaje de villanos, seres despreciables que matan por un teléfono, y que roban a mas no poder sin saber que a quien roban puede no tener nada mas que entregar que su vida? ¿Acaso no les causa a ellos, una gracia de lastima los ojos patéticos de aquel que aterrado no haya otra cosa que hacer que llorar ante su muerte? ¿Acaso no les acongoja, por otro lado, aquel que entrega lo que duramente le costo un mes de su esfuerzo aun a sabiendas que es el único alimento que van a poder comer el y los suyos? O es tan falsa esa careta de malo como la del “hombre de clase media”

¿Son humanos ellos… y si son… lo soy acaso yo?

Lo que mas gracia me causa… es que de las cualidades que menciono, son cualidades que muchos, durante los siglos, han asociado con las cualidades que los clérigos, los hombres de arte y los eruditos en filosofía asocian con una divinidad.
¡Y yo pienso, siento y determino que tal divinidad no existe! Son las cualidades de un dios que yo ASEGURO no existe mas que en la imaginación de las personas. Y son esas mismas cualidades que veo que ellos tan celosamente ocultan de la vista publica. No digo que las posea todas, en mayor o en menor grado las poseo, por que no solo las identifico en mi, sino que en otros.
¿Pero en mi caso, No creo en la fuente original de esas cosas. Dios.
Será que, yo, siendo un incrédulo, un escéptico extremo, un apostata de todo lo que puede llamarse divino, veo lo divino en los demás, lo divino que ellos buscan incansablemente sin encontrarlo? ¿será por que busco en donde hay, que es adentro, y no donde jamás podrá estar, que es afuera de uno mismo?

Quizás.

Pero eso aun no responde… ¿Soy humano yo?

Espero, por los demás, serlo.