octubre 26, 2010

A instantes del suelo.


Por Donovan Villeda (Requiem)


¡ja! A instantes del suelo. A instantes de morir, y lo unico que se me ocurre en tales momentos es pensar en Isabel. Vaya que soy estupido. La vida es una mierda. Te pones a filosofar sobre tu existencia y tus relaciones con los demas, en el breve instante en que estas a punto de morir. Algunos son dichosos. A algunos les queda tiempo suficiente como para llevarse a la tumba la paz de saber que al menos, acabaron el martirio de estar en conflicto con si mismos. Pero yo no creo que me vaya a quedar el tiempo. Si sobrevivo de esta, seguro que quedo cuadraplegico (Como resultado de caer de un tercer piso) y si me muero… alli acaba todo. ¿y todo por que?, ¿Por una amante?
Al menos si me muero, le pondría un alto a lo que estoy seguro que tengo, una esquizofrenia del carajo.
Ojala muera, seria una mierda vivir postrado en un lugar en donde se que jamás llegaria a volver a alcanzar a ninguna de las dos.

Bien… como el pensamiento es mas rápido que la luz, les contare, a ustedes, mis amigos invisibles, que es lo que me pasa, y como es que he encontrado esta hermosa locura.

Patricia, mi esposa, y yo, nos matriculamos accidentalmente en la misma clase de arte, sin saber mucho del tema, solamente para llenar el hueco que teniamos como “Extracurriculares” en el pensum. Ella, estudiante de odontología, y yo, Medios de comunicación. Ambos nos vimos poco después, garabateando ridiculas caricaturas de naturalezas muertas, bodegones y finalmente, anatomia.

Era una clase mediocre, pero la profesora, era una diosa en sacar burros inexcusables del hoyo. En unos meses, todos aprendimos lo mas basico sobre dibujo, y aprendimos con sorprendente facilidad las complejidades del juego de sombras y luces, los matices que un simple 8B le puede dar a un rostro o a un cuerpo… en fin. Plétora de tecnicas artisticas. En mi caso serian utiles, pues yo quería trabajar como publicista.

Es curioso como funcionan los azares de la vida, pues trágicamente, el papa de Patricia, murio en un accidente de coche, en donde un conductor ebrio, embistio al carro de su padre. Solo me queda la esperanza de, como el, morir instantáneamente sin sufrir dolor.

Después de que su padre muriera, a su familia se le hacia muy difícil continuar pagandole la universidad y el apartamento que rentaba para poder estudiar, aunado a que su sueldo misero volteando hamburguesas, no daba para mas que su comida. Yo, sentia mucho aprecio por ella, aunque no puede llamarse, en ningun momento, amor, y por eso, fue que decidi ofrecerle un lugar en el departamento que rentaba y ayudarla, económicamente con la universidad. Es una mujer muy tierna, muy dulce. Bueno, con la excepcion de hoy.
Durante los primeros meses en los que vivimos juntos, nunca paso nada entre nosotros, a excepcion de que en alguna ocasión nos quedabamos tarde viendo alguna película extraña, o simplemente platicando, o ayudandonos mutuamente a resolver algún trabajo de tesina un poco complicado. Aunque otros hombres me descalifiquen diciendome maricon, no me había pasado realmente por la mente, enrollarme con ella.

Pero a ella, si.
Así que en una tarde, hace 7 meses, a ella se le ocurrio que, nos hicieramos modelo del otro, para la clase de anatomia. Una cosa llevo a la otra (Dios, que cliche) y ambos paramos desnudos haciendo el amor en medio de una sala desordenada con papeles arrugados.
Aunque nunca nos pedimos formalmente, eramos pareja de forma implicita. Y no lo niego, disfrutaba mucho de su compañía, aunque en algunas ocasiones, me sentia limitado por su capacidad de atención. Veran, soy un hombre problemático en ese respecto. Para mi, una mujer llamativa tiene que ser intelectualmente activa, y no solo un robot social. No me podria interesar en lo absoluto una mujer que no posea alguna atracción por las letras o las artes, y a ese respecto, patricia era, por desgracia bastante esteril. No tenia, pues, ningun interes en don Gabo Márquez, o en Nietzche. Sus lecturas eran de la clase de Paulo o Pablo Cohelo (Que me dan escalofrios de solo mencionarlos) y sus libros eran didacticos en su mayoría. No leia por placer, no analizaba cuestiones de la vida, no tenia mucha filosofia propia. Era buena en la cama, y era excelente amiga y compañía, era dulce y era tierna, pero no me daba un desafio como el que yo esperaba.

Sin embargo, conocí a Isabel al poco tiempo de que empezaran mis primeros ataques esquizofrenicos, (que yo no tenia idea de cuanto, pero cuanto, alterarian mi percepción de la realidad).

Isabel era una mujercita menudita, no era muy bonita por los estandares sociales, (Es decir, pecho mediano, piernas de sueño, un rostro de revista) pero dios, Esa era una mujer en conflicto con su realidad. Nuestra profesora de arte tenia un interesante metodo para ayudar a los alumnos de primer ingreso a introducirse en el mundo del arte, y es que cuando era posible, nosotros los veteranos ayudabamos a los de reciente ingreso a dar sus primeros pasos, cosa que la maestra usaba para evaluar dos cosas al mismo tiempo, nuestras propias habilidades y las habilidades de los principiantes.

Isabel por alguna extraña razon, era un personaje presencial en nuestra clase. No participaba mas que para expresar su opinión, y aunque era horriblemente ignorada por todos los demas, tenia varios puntos en los que yo concordaba. Era la clase de persona que no sabe hacer mucho, pero sabe criticar. Aunque tenia una extraña fobia a dibujar, mas que todo por evadir una autocritica demasiado ruda de si misma. (Cosa que me resultaba obvia aunque lo tratara de ocultar) Sin embargo, me fui amistando un poco con ella, al menos cuando Patricia no estaba cerca. Isabel tenia la buena disposición de comprende cuando uno tiene una mujer celosa a su lado.

El fuerte de Isabel por sobre patricia era su gusto por la literatura y la filosofia, algo que, aunque la mayoría de seres humanos encuentra absolutamente aburrido, yo lo encuentro apasionante. Pasabamos las horas en las que patricia no estaba en la universidad discutiendo tranquilamente de Sartre, Nietzche o desarmando a Cohelo a diestra y siniestra.

Ironicamente, ahorita que estoy a medio camino entre el balcon de mi apartamento y la banqueta, justo ahora que acabo de pasar por el piso de Ximena, la vecina, es que me doy cuenta que tanto Ximena como Isabel tienen el pelo rizado y ese malaje de hippie, que tanto me gusta. Pero ya se por que es.

Retomando mi relato, antes de que muera y los deje en suspenso, aunque nunca me gusto dibujar demasiado, para cuando estaba finalizando el curso, le tome el gusto completamente, y a veces, sin darme cuenta, me ponía a dibujar cosas en mi agenda, sobre todo, después de alguna reunion con algún cliente.(después de un año, yo ya había conseguido un empleo en una empresa de publicidad, como ilustrador digital)
Tenia una genial amiga y una buena compañera de cama. Pero empece a sentirme atraido por la mente de Isabela. Era como un buen vino, que se deja añejando en las libreras de algún ricacho excentrico.

Yo había montado una oficinita personal en el tercer piso de un edificio con apartamentos de caja de zapatos. Cuatro paredes, y un alquiler barato. Me servia como mi refugio, mi santuario si se quiere. Soy un hombre receloso de su privacidad, y alli nadie me molestaba. Ademas era mi santuario para reunirme con Isabel, a quien había empezado a ver clandestinamente, incapaz de razonar por encima de mis deseos e impulsos carnales.
Si, en otras palabras, me enamore de ella.

Aunque habían peculiaridades. Por ejemplo, haciamos el amor y para cuando yo despertaba, ella ya se había marchado. Pero eran de las cosas que me importaban y que me encantaban de ella. Su individualidad y su control absoluto, sin ser controladora. Sabia exactamente que era lo que quería de mi, y que era lo que me daba.
A veces haciamos el amor como animales sin precuparnos por el mañana, y a veces bailabamos lentamente desnudos con la tenue luz del salvapantallas de mi mac.

En pocas ocasiones me desperte junto a ella, pues era apenas una vez por semana que nos podiamos ver con la certeza de que patricia no se enterase. Aunque, yo ya tenia pensado en terminar con ella, no quería que fuera por que se enterase de que la engañaba. Le doleria que la cortara después de poco mas de un año, pero no seria tan inhumano como para decirle que era por que había encontrado a alguien mejor. A veces la mentira puede ser un refugio valido.

Pero, yo había empezado a dibujar a Isabel cuando nos encontrabamos a solas. A veces ella estaba como el típico ejemplo del bodegón, inmóvil, dejandome analizar de primera mano cada detalle de su anatomia. Trataba de dibujarla lo mas fiel. El lunar eliptico lunar en su cuello, sus senos pequeños sus piernas delgadas o incluso algo que aprendi a disfrutar, la antiestetica cantidad de pelos que se escapaban de sus axilas (os he dicho ya que era algo hippie?)

Tenia varios dibujos de ella, vestida, desnuda, en ciertas posiciones un poco ofensivas y en otras, demasiado inocentes, pegados en la pared de mi oficina personal. Nadie entraba alli, y solamente yo tenia llaves. O eso pense.

Acababamos de hacer el amor, como todos los jueves, cuando patricia irrumpio en mi oficina.

Sin mediar palabra todavía, se me quedo viendo, notando que estaba desnudo y se quedo viendo a Isabel. O al menos, yo creia que era a Isabel, por que al verme desnudo a mi, y a ella, lo natural seria que la atacara verbalmente a ella primero. Pero sus palabras, aunque ahora, reveladoras, en un principio no tuvieron sentido.

-“¿Qué haces alli desnudo, pervertido?”

Yo estaba atonito de que no notase, ni en lo absoluto a Isabel, sino que me viese a mi únicamente.
-“Así que para esto querias esta mierda, para pasearte desnudo y masturbarte con tus propias creaciones impudicas” dijo, mientras furiosa, arrancaba los dibujos de las paredes.

-Patricia… por favor… dejame que te explique…
-No me interesan tus explicaciones. Quiero que esto termine de una vez. Quiero que veas a un psicologo. No sabia que tenias una indulgencia por este tipo de morbo.

Y yo seguia preguntandome, en que momento atacaria a Isabel, que ahora estaba en una esquina del cuarto, cubriendose a como las manos le alcanzaban. Había un dibujo que era de mi predileccion. Era una silueta de tamaño natural con Isabel recostada de lado. Su busto caia de forma sugerente sobre su brazo y tenia una sonrisa que me costo sintetizar. Era inocente, era pecaminosa, era… no se. Me fascinaba ese dibujo. Así que cuando lo arranco de la pared, y lo partio en pedazos, mi reaccion natural, aunque estupida, fue la de darle una bofetada. Nunca en mi vida había agredido a una mujer fisicamente, y nunca lo volvere a hacer, (sobreviva o no)
Patricia empezó a empujarme con toda la fuerza de su despecho odio y desprecio, hacia el balcon. Pero no fue completamente su culpa el que yo este cayendo. Ella no se fijo y yo tropece en mis lapices, que estaban en el suelo. Sin embargo, antes de caerme por la orilla del balcon, me di cuenta de algo extraño, interesante y si se quiere, triste. Isabel era una creación de mi mente. Por eso no la había atacado patricia, era la mujer que yo quería para mi. Era una colección de razgos fisicos y mentales de mujeres que me habían impresionado de algún modo u otro en mi vida. Desde mi madre a patricia. Lo se, por que solo patricia gritaba en el balcon a milisegundos de que yo chocase de espalda contra el suelo.
Maldita realidad que vienes a corregirme antes de quitarme la vida.

octubre 08, 2010

Amada Amanda. Por Donovan Villeda

Me resultaba difícil creerme que, después de todos estos largos años de vivir con mi hermano, aun fuera el mismo niño alfeñique que en su infancia. No me malinterpreten, al menos no todavía. Raúl, era el mas pequeño de la casa, en todo sentido. Siempre tuvo el mejor cuidado, aunque no la preferencia de mis padres. No habían preferencias en mi casa, solamente que cuidaban mas de el, por ser mas frágil. Era el clásico blanco de los muchachitos en el colegio, que siempre lo agarraban como el tontito de la clase, al igual que en el vecindario. Era el que siempre cargaba suéter en verano y 3 en invierno. Pero era también el muchachito sensible que se dejaba querer y quería a todo el mundo. Era, también el niño santo que jamás decía nada para herir a nadie y que cuando criticaba, ¡ja!, cuando criticaba, ni lo sentías. Era así de sutil, que pensabas que te estaba elogiando un trabajo mal hecho.

Pero los años pasaban, y ambos crecimos. Siempre lo anduve cuidando, siempre, al menos hasta hace poco. No puedo decir que le guardo rencor, aunque justo ahora, tendido al lado de Amanda, su esposa, me siento mal por el, pero sobre todo, por mi. Somos hermanos, y creo que he roto una especie de acuerdo tácito, de no jodernos mutuamente. Lo que mas me preocupa, no es que estoy con Amanda, ni menos que se entere. Me preocupa que ya se entero, y que se fue, como la gran puta, hace unos momentos. Amanda, puedo decir, que no lo quiere mucho, si bien le guarda cierto afecto, no es amor lo que le tiene. Ella me quiere a mí, o no estaría tan tranquila. Aunque… eso me pone a pensar también. Esta demasiado tranquila. Es mas, esta durmiendo justamente ahora, que yo estoy pensando. Pareciera que no le ha afectado mucho la partida de “su esposo”.

Espero que no vaya a hacer una estupidez, pero el ya paso la mayoría de edad, hace 8 años, así que no creo que ahora, que la vida le empieza a sonreír un poco, vaya a cagarla por completo. Aunque nunca se sabe.
No puedo decir que me siento del todo mal. Raúl, como todos los seres humanos, necesitamos de un balance entre amor y desamor en la vida. Como decía aquel cuate que no me acuerdo como se llama, que decía que la vida mas desgraciada no es la llena de desamores, sino la que se ha estancado en la indiferencia. Creo que es Gabo Márquez, pero no lo puedo asegurar. Ahora, lo que me preocupa, es que aquel ha tenido tan poquito desamor en su vida, al menos de esta clase, que no se lo que hará. Y no tiene nadie mas con quien ventilarse, mas que conmigo.

Siento… siento que le debo una explicación. Esto, lo que tengo con Amanda se venia cociendo desde hace rato. Desde que se juntaron, prácticamente. Recuerdo cuando la conocí. Estaba tan a gusto con el, pero también conmigo. Estaba lo idiotamente típico. Se reía de mis chistes, me ponía atención, y me contaba de su vida. Como una buena amiga. Era la regaladita emocional que después de unas horas de conversación te decía, sorpresivamente, “Me caes bien, te quiero” pero que lo hacia con sentimiento, no con esa putrefacta cara de hipocresía. Se te amarraba al brazo y no te soltaba. Por otro lado, podía llegar a ser dura como un ladrillo, y calculadora, pero eso, eso es defecto de casi todas las mujeres educadas en nuestra sociedad contemporánea y sexista. Por que había decidido unir su vida a Raúl, aun me era un misterio. Aquel era de cierta forma, emocionalmente distante con ella. Era cariñoso… pero no lo demostraba demasiado. Y no era demasiado íntimo con ella. Creo que por eso, fue que me empezó a contar sus cosas. Y creo que por eso, es que a aquel no le va a afectar tanto que nosotros nos hayamos terminado topando entre las sabanas, puesto que nuestros corazones ya tenían tiempo de estarse topando. Y se, que él ya lo había notado.

Bueno, es tarde, hace frió y llueve a cantaros. Maldito clima septentrión. Mejor lo llamo para ver en donde anda y quizás ver si hay algo que se pueda salvar de nuestra… hermana amistad.

-Alo. ¿Dónde estas?
-¿Victoria? ¡Sos una hija de puta!... ¿Sabias?
-Vamos… déjate de mierdas, y habla con migo. ¿Dónde estas…? tengo mucho que explicarte…