junio 15, 2013

Piedra Placebo Multiusos

                Para empezar de nuevo en este blog, creo que lo más conveniente sería explicar lo que un placebo es, debido al tema del que quiero hablar.
Wikipedia tiene una descripción del fenómeno placebo muy completa, pero para simplificar un poco la lectura de este articulo, explico que, un placebo, simplemente es un tratamiento médico administrado a un paciente, que no posee material activo, o es una cirugía falsa, o es una terapia sin efecto que en las pruebas termina por tener un efecto sobre el paciente. Es decir, es una mentira, que SI termina por tener un efecto visible, no solo para el paciente, sino en muchos casos para un panel de observadores neutrales que ven la mejora en el estatus del sujeto sometido al tratamiento, y que como él, no saben que el placebo no es un medicamento o un tratamiento real.
Sin embargo, aquí la clave está en la ignorancia. E intuyo que la humanidad ha sabido desde hace mucho tiempo, el saber que ignorar algo a veces tiene un buen potencial para hacerlo funcionar, al punto de que sospecho que muchos que creen en cosas como la homeopatía, por ejemplo, por lógica no puede funcionar (supera el numero de avogadro, (lo cual explicare mejor en otro artículo)) aun así siguen promoviéndola, e irónicamente en muchos casos, si posee un efecto visible en aquel sujeto que la ingiere.
Tratar de explicar el por qué el efecto placebo funciona, aunque interesante, también es una faena muy complicada, una que, debido a la naturaleza del contenido de este post, evitare, aunado a que no hay una explicación especifica del mecanismo del por qué funciona. Pero considero que hay muchos disparadores del efecto placebo en el mundo de lo inmaterial, dentro de la metafísica, en el oscuro y secretivo mundo de las religiones. Quizás, mis observaciones sean superficiales y un poco burdas, sin embargo, aun así pueden observarse los fenómenos que el efecto placebo causa.
Las religiones organizadas, proveen a las personas con un mecanismo estructural solido sobre el cual basarse. Socialmente les dan una estructura de control sobre la cual poder caminar, moralmente dictaminan que es bueno y que es malo. E incluso hablan de un intangible, un mundo espiritual mucho muy lejos de ser percibido con nuestros sentidos [mortales] pero aun así, infinitamente más importante que la misma vida en la tierra, debido a la importancia del tiempo; aquí, vivimos un tiempo limitado. En el ámbito espiritual vivimos para siempre (sea lo que sea que signifique “siempre” es imposible saber si el “siempre” existe, debido a lo que sabemos sobre astronomía.)
Estas religiones, en muchos casos, tienen grandes beneficios a quienes participan en ella. Aun a pesar de los costos de pertenencia, las religiones brindan a quienes pertenecen genuinamente (o quizás estirando las palabras de un famoso personaje religioso cristiano, el mismo Cristo, son “puros de corazón, como los niños”) una estructura solida, un marco de referencia de cómo comportarse, como actuar, que es moral, inmoral y que se encuentra en tierras grises, entre otras muchas cosas que brinda la religión a quienes la siguen a pies juntillas, e incluso a quienes únicamente consideran que el núcleo, mas no la organización religiosa en sí misma, es lo importante de la misma.
Pero sabemos que el efecto placebo es real, mas no funciona en todos los sujetos. Aun así, sabemos que al centro del efecto placebo, su premisa está basada en un efecto observable de cambio aun bajo la certeza de quien administra el placebo o quien lo receta SABE que no hay “contenido activo” en el. Es una aspirina –por ejemplo –que no contiene acido acetil salicílico, y aun así cura la jaqueca.
Mi analogía entre las religiones y el efecto placebo se basa en que durante los cientos de miles de años que llevamos de saber de personas que creen y promueven las religiones y las deidades nucleicas de ellas, han fallado en comprobar que en efecto, no se trate de un efecto placebo. Desde que los primeros homínidos empezaron a crear los primeros bocetos de lo que consideraban una deidad, hasta la era contemporánea donde pululan religiones que van del cristianismo, el islam, hasta religiones más contemporáneas basadas en ningún mito de la antigüedad como el raelianismo, la cienciologia y otras, todas se basan en una premisa de una eternidad de supervivencia, mas allá de la existencia corpórea de nuestros cuerpos. Y todas ellas, describen mecanismos, aunque muy diferentes y quizás, comparativamente, disonantes, estructuras de comportamientos sociales, mentales e incluso “psicológicos” para poder obtener el favor de una determinada deidad, u organización, siendo este favor, un efecto placebo que funciona, en muchos casos, pero del cual no tenemos una certeza de que no sea más que un efecto placebo.
Ahondando un poco más sobre el tema, mucho se habla de los milagros, en el caso del cristianismo por ejemplo, de personas que han logrado una curación “sin precedentes” y la han atribuido indudablemente al favor de la deidad a la que su estructura les indica, deben adorar, rendir culto, respetar, seguir o cualesquiera que sean los métodos usados en pos de solicitar a la deidad su favor, o expresar sus necesidades.
Y es, a mi parecer, desde luego, un juego placebo que el cerebro causa, debido a la ingenuidad de quienes siguen estas religiones. Aunque las cruces, las velas, los rezos, canticos y demás, tengan un efecto bien claro sobre la mente e incluso el cuerpo de aquellos que se desarrollan dentro del marco impuesto por la religión, no puedo sino sentir cierta curiosidad sobre el fenómeno, pero a la vez, intuir –o deducir, dependiendo del caso – que se trata de nada más que un efecto placebo social, en donde hay un secreto a voces. Nadie sabe cómo, nadie sabe si, efecto, las religiones poseen una deidad central real, pero todos sospechan muy en lo profundo que en realidad, no hay nada detrás de la “pastilla” que cada que realizan rituales, toman, aun a pesar de que la deidad central de su religión a todas luces lógicas, debería existir. Dios es pues, si lo observamos desde esta perspectiva, una piedra placebo multiusos. Funciona si la besas, si la adoras, si la lames, en fin. Cualquier contacto con ella, te “cura” de cierto modo.

Deus  placebo. 

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