octubre 22, 2012

Dialogos ajenos.

Quien sabe por que, pero desarrollamos no solo la capacidad de comunicarnos, nos comunicamos en tan distintos y dispares idiomas e incluso, la sintaxis puede ser muy diferente, de grupo cultural a grupo cultural, incluso, dentro del mismo idioma. Puede que hablemos exactamente el mismo idioma. Las mismas reglas gramaticales, el mismo léxico, incluso, las mismas desviaciones y perturbaciones del idioma, pero incluso con tantas similitudes, a veces no logramos comunicarnos efectivamente, con la persona con la que hablamos. A veces quien comprende la idea es quien para siendo un entrometido accidental, y no nuestro interlocutor. La filosofía de camioneta, que es el fino arte de meditar acerca de las cosas importantes de la vida, mientras nos movemos de punto “a” a punto “b”, suele ser mas común de lo que se piensa. Y empiezo mi relato, con precisamente, filosofía de camioneta. Viajando incómodamente en una camioneta, viendo las pintas y rayones dejados por las manifestaciones, me da por pensar que quizás, incluso detrás de ese crudo y animal mundo de las manifestaciones “pacificas” (que dejare como nota para cuando los pensamientos asienten) estaba simplemente observando como todos o casi todos, están (amos, mi querido padawan?) ausentes. Vivimos en confinamiento solitario, aunque vayamos apretados tan cerca que la respiración de uno le hace cosquillas al otro. Así nos enseño el consumismo y el darwinismo social que debe ser. Malaya Darwin, que estando tan en lo correcto, te equivocaste. Y te equivocaste. Fui interrumpido agradablemente por una conversación que se llevaba dos lugares atrás de donde yo estaba. Entre dos religiosas, con lo ateo que yo soy. Y lo más peculiar, es que la jovencita que platicaba con la mujer mayor, era una mujer que se definía como una creyente, más no una cristiana. Quizás por darle alguna descripción diría yo que era una agnóstica con fuertes tendencias espirituales, aunque si quisiera ser más peyorativo, quizás podría también definirla como una “new age” pero este no era el caso. No se asociaba con lo que yo podría identificar como alguna clase de religión definida, y tenía su propia versión, en mucho, por lo poco que pude oír, mucho más sensata que el Islam, el Cristianismo, o el Judaísmo. La charla, si bien mi memoria es patéticamente mala, fue algo así. Tratare de conservar la literalidad, pero no puedo garantizar mi certeza. -Es que vieras, ese par de mujeres son bien shucas. Tienen un hijo, y las dos viven juntas. Son un par de marimachas. Chish. Sangre de Cristo. -Pues, mire, doña (censurado), yo no le veo lo malo. Ese ishto, antes comía en las calles y lo que uno le daba. Ellas nadamas lo tienen viviendo en la casa. -Ay, no. Pobre patojo. Saber ni como lo trataran. Seguro de cholero lo tienen si no es que les sirve de almuada. Poder de dios. -Ay no mija, mira. Vos por que sos todavía patoja, pero la gente ya sabes como es. Vos no has visto las cosas que yo he visto. Allí donde la miras, la “zutanita” era drogadicta. Y la otra, la otra no se si se divorcio o se separo, pero eso es pecado. Y miralas, juntas. Ay, no por dios, chish. ¿Como va a ser que dos mujeres vivan juntas? -Pues mire, doña (censurado) yo vivo más cerca de las dos, y una le digo que cara de drogadicta no tiene. La he visto varias veces en la mañana, saliendo a trabajar. Y la otra, hasta carro tiene. Yo creo que hasta la casa ha de ser de ellas. -Pero es que mira mija, la biblia dice que hombre con hombre y mujer con mujer, es pecado. Esas dos están buscando la condenación y se van a llevar al pobre patojo al infierno con ellas. -Mire pues, doña (censurado) Yo creo en dios, pero no creo en la Biblia. No creo que por una buena acción uno vaya a parar al infierno. -Vos en lo que estas mija. Dios te mira el corazón y esas lo han de tener negro. Una puta y la otra drogadicta y las dos están pervirtiendo al patojo. -Viera que no lo creo, doña (censurado), por que yo al patojo lo miro de lo más normal. Lo he visto jugando en las calles, y el patojo de andar pidiendo de casa en casa, ahora hasta bañadito anda. -Y quien será el hombre de esas dos, o se turnaran. Ay, chish. -Pues, no importa. Lo importante es que una tiene cara de que esta siendo mejor persona, y el patojo ya no anda en las calles. ¿No cree usté que eso es un progreso? -Ay no mija, como vaser progreso eso, si las dos están pervirtiendo al pobre patojo. Mejor le hubiera yo dado techo. -¿Y por que no lo hizo, si igual le salía a dar de comer antes de que esas dos se lo llevaran? -Es que con mi marido, y con mis hijos, casi ni nos alcanza. Ya somos seis entre todos. -Ay mija, con vos no se puede hablar. Bajémonos mejor que aquí esta ya el mercado de… Lamentablemente no pude escuchar más de esa conversación, pero me quedo la duda. ¿Será que aunque dios condene ciertas cosas, esta en nuestro poder, realmente poder definir mejor lo que es correcto o no es correcto? Por mi parte, y personalmente prefiero la lógica humana en esos asuntos. Y sin embargo, me queda la rosquillita. Ella se definió como creyente, pero no se etiqueto con ninguna de las dogmáticas ramas actuales, famosas y nocivas. No se si era católica, evangélica, budista… En fin. Solo se que dijo que creía. Pero no dijo que. Y yo me quede con ganas, de bajarme del bus, decirle que me diera su ministerio, y transcribirlo. Por que un ministerio que no discrimina, que no dice [chish] ante cosas como el progreso, aunque sea por medios poco ortodoxos, al menos merece un chance de ser oído y analizado. Me pregunto, cual seria su opinión sobre los homosexuales, sobre el aborto, sobre el mismísimo dios, y si lo cabe, sobre su percepción del archi infame Satanás. Que opina de la prohibición religiosa de condones en el África, en fin. Una serie de preguntas. Pero mi premura por llegar rápido a mi entrevista, y el hecho de que la camioneta había partido, ya no me permitió seguir invadiendo involuntariamente, su conversación. Finalmente, solo espero, que tenga sus convicciones bien plantadas sobre su mente, y que no se deje convencer fácilmente de que esta en un error a menos que sea por si misma. Esa es la clase de creyentes que me gustan. Los que se pueden fomentar una opinión propia fuera del dogma, que tienta, prohíbe y luego castiga. Salut a ti, desconocida.

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